REVISTA ESPAÑOLA DE

Vol. 36, n.º 1, 200
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ARTÍCULO
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CRÍTICA DE LIBROS

La Escuela Histológica Española

Tomo V. Oposiciones a Cátedras de «Histología y Anatomía Patológica» Curriculum Académico y Científico de sus catedráticos (1950-1975); 373 Pág. Edt. Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá de Henares. 2002.

Rafael González Santander y Marta González-Santander Martínez

   

La obra historiográfica de Gonzalez Santander —en la actualidad Catedrático Emérito de la Universidad de Alcalá—, constituye, desde hace más de cinco años un «corpus» documental de valor inapreciable; un conjunto extenso y ordenado de datos cuya consulta es hoy imprescindible para quienes comprendan la importancia que, para el dominio integral de una disciplina, tiene el conocimiento histórico de la misma.

A los cuatro volúmenes ya publicados se suma ahora una quinta parte a cuya autoría se asocia esta vez el nombre de la joven profesora González-Santander Martínez; una incorporación cuya presencia en la portada de este volumen garantiza, la continuidad de una serie que en el futuro, esperamos, va a constituir una empresa familiar; una autentica «saga del documentalismo histológico».

Como hemos afirmado en otras ocasiones, el método historiográfico del Prof. Gonzalez Santander rehuye formular juicios de valor y evita interpolar anécdotas personales irrelevantes pero, sobre todo, no incurre nunca en la tentación —tan frecuente entre nosotros—, de intentar el ensayismo histórico ni en la de practicar la crítica sociológica. Por lo tanto, las conclusiones de ese género a las que, por su cuenta, llegue el curioso lector, serán de su exclusiva responsabilidad . El autor se ha limitado a aportar los datos.

Los trabajos documentalistas de este género exigen establecer la exactitud del hecho histórico lo que supone llevar a cabo la penosa tarea de escudriñar los archivos y los libros de actas; hallar la iconografía adecuada y, sobre todo datar con exactitud la cronología de los hechos... Es decir, aportar unos datos concretos cuyo valor sólo sabrán apreciar quienes se interesen seriamente por el tema o consideren que la información que el texto suministra les concierne personalmente a ellos o a sus allegados.

La obra que hoy comentamos consta de cuatro capítulos de extensión desigual a los que se suman sendas TABLAS que de un modo abreviado tabulan los datos contenidos en aquellos.

En el CAPITULO I se reseñan cuantas «Oposiciones, traslados y accesos a Cátedras de Histología y Anatomía Patológica han tenido lugar desde 1950 a 1976» En el CAPITULO II, se citan todas las «Leyes, Decretos, Ordenes y Reglamentos» por los que se han regido las oposiciones, los traslados y los accesos a Cátedra» (sic) celebrados durante ese periodo. A este respecto, recomendamos la lectura del Reglamento de Oposiciones a Cátedra Universitarias, del 25 de junio de 1931 (¿?). Este Reglamento que, con pequeños retoques, reguló las Oposiciones, traslados y concursos, reseñados en este volumen, no fue ninguna panacea contra la injusticia o la arbitrriedad pero sí una eficaz garantía de que las irregularidades que eventualmente se produjesen no quedarían impunes; al menos a los ojos de una opinión pública que entonces seguía el desarrollo las Oposiciones con el interés y conocimiento de causa que hoy despiertan los acontecimientos deportivos. Se podían producir irregularidades y de hecho se producían con alguna frecuencia, pero no sin que estas tuviesen serias consecuencias morales para los prevaricadores y sus beneficiados ya que sobre unos y otros caía, a veces de por vida, un estigma difícil de borrar..

La legislación vigente ha cambiado mucho esa situación. Los dos ejercicios «audiovisuales» —preparados de antemano—, que el opositor debe exponer, son muy poco demostrativos respecto a su idoneidad como docente. Ni a él se le permite demostrar su conocimiento de la asignatura ni al Tribunal, le es fácil comprobar que su dominio de la asignatura y capacidad de expresión corresponden a lo que s iempre ha exigido la Enseñanza Superior. He ahí una consideración "políticamente incorrecta " que se desprende de la información, en apariencia aséptica, que nos ofrece González Santander...

Los CAPITULOS III Y IV, contemplan el «Curriculum Académico y Científico de los catedráticos de Histología y las publicaciones (1926-2001) de los mismos». Ambos capítulos —que pese a su extensión debieron, a nuestro parecer, refundirse en uno solo—, se acompañan de una iconografía que, al igual que otros muchos datos, ha debido ser muy difícil de reunir. Dificultad —todo hay que decirlo— no siempre achacable a la desaparición física de los interesado ni a la negligencia de sus familiares y discípulos. Empresas de este género —cuyo valor histórico es inapreciable— también tienen sus detractores quienes, de un modo consciente o no, se resisten a aportar la información solicitada o confían a terceras personas el suministro de unos datos que –unas veces por exceso y otras por defecto— pueden ser erróneos o incompletos. Ese es el caso de algunas relaciones bibliográficas de las que han desaparecido unos nombres y apellidos que, con seguridad, contribuyeron eficazmente a su publicación. Estas omisiones —a veces llevadas a cabo con la mejor buena fe o fruto del celo mal entendido de una secretaria o un alumno—, acaso den lugar a que alguien, además de acusar a sus maestros de ejercer la «dictadura del respeto debido» les acuse de paso de silenciar la colaboración de sus discípulos.

Para quien no haya vivido lo que ha sido la vida universitaria a lo largo de esos años, la obra del Prof. Santander tendrá poco o ningún interés e incluso le atribuirá un valor muy relativo. Para quienes, por el contrario, hayan vivido los avatares de la Histología universitaria a lo largo de esos años y hayan conocido a sus protagonistas o, en el mejor de los casos, sean alguno de ellos, podemos garantizarles que la lectura de este libro va a ser una experiencia absorbente; sobre todo si por razón de su edad y de sus circunstancias han conocido el trasfondo de cada una de esas convocatorias y de sus prórrogas; de cada una de esas listas de admitidos, excluidos y vueltos admitir; de cada uno de esos tribunales, de sus titulares,de sus suplentes y de su constitución definitiva; del dramático desarrollo de esas votaciones públicas, a veces tan laboriosamente negociadas en la privacidad de los tribunales... Y sobre todo, lo que cada uno de cuantos figuramos en esa obra hemos hecho o hemos dejado de hacer...

Más que un libro estimable el Prof. Gonzáles Santander ha puesto a la disposición de los estudiosos una herramienta de trabajo de cuya información, accesible a través de tablas e índices onomásticos muy cuidadosos, no podrán prescindir en lo sucesivo... En cuanto para los demás; sobre todo para quienes, por uno u otro concepto, figuramos en esas páginas y estamos en condiciones de saborearlas, creo que esta obra es una evocación de nuestro propio pasado que nos convierte en deudores de quienes, de modo tan minucioso y solvente, han levantado acta de sus avatares.

José Gómez Sánchez


Historia de la inmunología. La búsqueda del yo frente al no yo

Javier Sebastián Mazana Casanova

Ed. Río Henares Producciones gráficas. 2002

   

El lector se adentra en el libro condicionado por un titulo sugestivo, por una historia aunque cercana, no suficientemente conocida. A medida que la lectura progresa el lector se pregunta si no se tratará de una introducción a la inmunología basada en una perspectiva histórica. En cualquier caso es una mirada que debía de hacerla alguien desde dentro, desde el propio laboratorio, pero abriendo la ventana y oliendo los vientos de la historia. Todos los que nos dedicamos a la enfermedad desde cualquier ángulo, pero sobre todo desde la patogénesis de la enfermedad estamos totalmente de acuerdo en que la inmunología se ha convertido... en la disciplina más prometedora sin duda en lo referente al ámbito no solo teórico sino también al desarrollo tecnológico aplicado que sigue a sus hallazgos experimentales.

No se puede considerar a la actual inmunología como una rama más de la Microbiología. Una vez más, se ha repetido el ciclo, el anterior de los cuales solo tenía que sustituir Microbiología por Anatomía Patológica e Inmunología por Microbiología.

Consciente de que este comentario va dirigido a mis colegas patólogos no me resisto a recordar los títulos de algunos capítulos: orígenes y prolegómenos históricos de una nueva ciencia: la inmunología¡ el problema de la individualidad biológica, la noción paradigmática de sistema inmune; las bacterias y sus tintes: Hans Christian Gram y su reacción tinto rial; el transplante experimental de tumores, el sistema principal de histocompatibilidad; Sir Meter Brian Medawar y la nueva inmunología¡ la inmunología celular o inmunobiología: una ayuda necesaria aunque insuficiente.

Por las razones expuestas creo que se trata de un libro de lectura indispensable para los patólogos que creo se sentirán fácilmente atrapados por él y felices por ver contestadas, aclaradas o humanizadas tantas preguntas como obligatoriamente nos tenemos que hacer no solo en el estudio sino también en la practica diaria. Las fotos en blanco y negro, los cuadros cronológicos de descubrimientos, la reproducción de portadas de libros contribuyen a su amenidad. Como una pequeña muestra no me resisto a transcribir el Decálogo de Peter Parham (Some savage cuts in defense. Nature 1990; 344: 709) donde el sistema inmune no es más que una organización defensiva nefasta porque

1. Su función es la destrucción selectiva.

2. Es grande, complicado y elaborado.

3. Es caro.

4. Es derrochador.

5. Tiene distintos componentes que aparentemente realizan idénticas funciones.

6. Reacciona lentamente.

7. Esta preparado para hechos que nunca ocurren.

8. Lucha contra las amenazas de hoy con las soluciones de los problemas Del pasado.

9. Es susceptible de corrupción.

10. Puede destruir aquello a lo que protege.

El libro contiene 860 citas bibliográficas por orden de citación, entre las primeras muchas que pueden considerarse históricas y que poco a poco van constituyendo el mundo especifico de la inmunología. En puntos concretos existen otras a pie de página.

Diez años dice el Dr. Mazanas que lleva la gestación de este libro y lo encontraba plenamente justificado pues se trataba de un estudio inédito dentro de un campo de investigación en el que solapan intereses epistemológicos variados. Me alegro coincidir con él. Encuentro esta monografía plenamente justificada y le agradezco al autor sus desvelos que espero encuentren compensación en tanta satisfacción como nos produce, estoy seguro, a todos sus lectores.

Horacio Oliva Aldamiz
Catedrático de Anatomía Patológica
Fundación Jiménez Díaz
Universidad Autónoma de Madrid