REVISTA
ESPAÑOLA DE Vol. 41, n.º 2, 2008 |
EDITORIAL
E. Mayayo Artal
Estoy volviendo a casa. Voy en AVE dirección a Tarragona a una velocidad de 300 km/h. Todo pasa muy deprisa aunque por la ventanilla del tren no se puede apreciar este fenómeno por haberse hecho de noche hace un buen rato. Es un momento de tranquilidad a pesar de la alta velocidad y me hace reflexionar sobre los acontecimientos ocurridos en el día de hoy, aunque esto es difícil ya que mi cerebro va más rápido que el tren que me retorna a casa.
La reunión de SEAP ha sido excelente, el curso de patología molecular muy interesante y ello lo demuestra que la sala ha estado llena en toda la jornada. Aún no he podido digerir la sorpresa que me estaba reservada, el nombramiento de director-editor de nuestra revista. El reto es muy grande y me parece desmerecido. Hay muchos patólogos con más méritos que lo pueden hacer mejor que yo, entre ellos mi buen amigo Marcial. Hubiera preferido seguir en el cargo de secretario y complementar al equipo director, al consejo editorial, pero… el destino sabrá de sus designios. Pienso que todo ha ocurrido demasiado deprisa, demasiado rápido como el tren que me lleva a mi destino.
Mi destino es la estación del «Camp de Tarragona». En esta zona hay una tradición muy arraigada, la de levantar castells (castillos o torres humanas). Es una tradición de más de dos siglos y dicen los historiadores que toman ejemplo de las construcciones romanas de ataque, las denominadas tortugas. Las torres de ahora son la colocación de varios pisos de castellers lo más arriba posible y con la menor estructura de apoyo. Siete, ocho, nueve y hasta diez alturas se han conseguido con cinco, cuatro, tres, dos o un casteller por altura. Cada castillo tiene su complejidad, cabe el ejemplo que el pilar más alto coronado hasta la fecha ha sido de ocho alturas y ayudado por refuerzos extras de pinya, folrre i manilles. El cap de colla o coordinador, los pilares, el enxaneta o niño/a que corona el techo del castell, los músicos, la piña de base que rodea y da consistencia a la estructura humana, etc… todos son elementos importantes y necesarios.
Lo mismo pretendo para nuestra revista, considero que TODOS SOMOS NECESARIOS. Los miembros del comité de dirección intentaremos dar agilidad a la recepción, revisión y si puede ser a la publicación de los manuscritos recibidos. Además estamos haciendo todo lo posible para que nuestra revista, primero pueda estar incluida en PubMed y luego en los índices de impacto. Como decía en otra editorial, si esto se consigue, hará las cosas más sencillas, habrá más entusiasmo. El comité editorial, en los que me pienso apoyar, ellos son los veladores de la calidad de los trabajos que se publican y de su supervisión, además asesoran a los futuros retos que vamos a emprender y que algunos de ellos avanzaré más abajo. El consejo editorial, que se irá renovando, esa larga lista de compañeros dispuestos a revisar los trabajos recibidos, dar su opinión y ejercer sus críticas, que pretendemos se realicen en un tiempo máximo de un mes, ello significa que se debe agilizar la lectura y las críticas a los textos recibidos. A ellos y también a otros patólogos les seguiremos enviando los manuscritos recibidos en razón a sus líneas de trabajo, investigación y de sus publicaciones. Y, como no, contamos con todos los patólogos españoles, latinoamericanos, de otros países a los que desde estas líneas animo a escribir sus experiencias y a que nos las manden, muy gustosamente las recibiremos y valoraremos para su publicación.
Pretendemos que la revista siga en su marcha ascendente, pero para ello hay que seguir mejorando. Entre otras cosas la puntualidad de edición, las revisiones por pares, la rapidez de publicación de los trabajos y ello puede que se mejore con la introducción de más páginas en cada número, logro que se va constatar este mismo año. Otro punto muy importante son las citaciones de los trabajos realizados en la Revista Española de Patología, por lo que animo a los autores a que citen artículos aparecidos en nuestra revista, ya sean suyos o de otros colegas. Estos son puntos clave a tener en cuenta para dar larga vida a la publicación.
Entre los proyectos que pensamos desarrollar, uno muy importante será la creación de un premio, al que llamaremos «Premio Alberto Anaya». Se trata de incentivar al mejor trabajo publicado en nuestra revista durante el año. Su valoración la realizará el comité de dirección y el comité editorial apoyados por el comité de dirección de la SEAP. Constará de un diploma y una cantidad en metálico que se otorgará o bien en la reunión anual de nuestra sociedad o en el marco del congreso bianual. Con ello se pretende estimular a todos los patólogos, sean jóvenes o no tan jóvenes, a mandar sus manuscritos a nuestra revista. Además, no se descarta la posibilidad de ampliar este premio con la creación de algún accesit, si la calidad de los trabajos publicados es elevada.
Como escribí en la anterior editorial, pretendemos conseguir que nos sintamos orgullosos de nuestro medio de expresión, de nuestra revista. Nuestro empeño actual es que continúe está línea ascendente y que en breve la podamos ver en PubMed y posteriormente llegar a que se le otorgue un buen factor de impacto. Nada es imposible ya que hay varias revistas publicadas en castellano indexadas y algunas de ellas con un factor superior a 1 e inclusive por encima de 2 puntos. Espero poner todo mi empeño en este logro, indudablemente arropado por el comité de dirección y comité editorial, como así lo han demostrado y confirmado. Pero el reto depende de todos los patólogos, como una «colla de Castells». Si queremos hacer lo difícil y levantar bien alta nuestra torre, todos debemos poner nuestro hombro, cada uno en su lugar sea el que sea y todos estos lugares son imprescindibles.
La velocidad del tren se ha neutralizado. No sé si sigo con alta velocidad en mi cerebro, pero intentaré sedimentar los hechos ocurridos. De momento, solo me queda dar las GRACIAS a la dirección de la SEAP por la confianza que ha depositado en mi persona para la realización de esta empresa. Espero no defraudar.